En un movimiento sorprendente y prácticamente irreal, que va a chocar en gran parte con la industria e los semiconductores de los Estados Unidos, el estado de Wyoming se ha declarado en reveldía y, sumando cada vez más gente por todo el mundo, piensan que los coches eléctricos no son óptimos para su territorio. Mediante un preámbulo de proyecto de ley se pretende "Eliminar gradualmente las ventas de vehículos eléctricos nuevos para 2035". Los argumentos que dan no están faltos de lógica.

Un proyecto de ley sencillo que va directo a la línea de flotación de la Casa Blanca y, por descontado al mismo tiempo que inocuo, a lo que estamos haciendo en Europa. Los líderes del Congreso y el gobernador de California también estarán informados. ¿Por qué pretenden lanzar esta ley?

Con menos de 600.000 habitantes es más fácil estar de acuerdo en algo que si enfrentamos millones de personas en un mismo espacio. Como detalle antes de entrar en declaraciones y argumentos, hay que tener en cuenta que Wyoming tiene una industria de petróleo y gas muy potente del que viven muchas familias, y ahí radica también parte de la lógica de lo que vamos a ver, aunque puede que en el fondo sea más excusa que otra cosa.

El principal motivo que se esgrime es que los coches eléctricos no están preparados para el estado, puesto que no hay una red de recarga ni una infraestructura habilitada para cargarlos, pero además, es que no dará tiempo de aquí hasta 2035 dado el alto coste de la misma. Además, en contra de los coches eléctricos la propuesta de ley asegura que estos necesitan minerales críticos que, actualmente, no son suministrados por Wyoming, pero en cambio, los coches que terminen en desguaces así como sus baterías sí que lo harán en el estado, algo que no quieren tener que asumir.

No es casualidad, ni mucho menos, igual que informar a California como tal. Este otro estado ha copiado las directrices europeas en gran medida y fija el 2035 como límite para la venta de vehículos de combustión interna. Al mismo tiempo, Biden desde la Casa Blanca ya ha lanzado la misiva de que en dicho año en todo el territorio americano se requiere que al menos el 50% de los coches nuevos vendidos sea eléctrico.

Es una medida más cautelosa de lo que hemos hecho en Europa, pero no es suficiente para Wyoming, que mediante el senador estatal Jim Anderson ha comentado que "si no les gustan nuestros coches a gasolina, bueno, a nosotros no nos van a gustar los coches eléctricos".

En el fondo, en países como el nuestro, la infraestructura ni está ni se la espera. En un país donde la gran mayoría de personas viven en pisos, sin cocheras propias, ¿cómo vamos a cargar los coches? Estamos a 12 años vista, el parque automovilístico español a día de hoy es de más de 24 millones de coches. Cambiar casi todos en un plazo de, por ejemplo, 25 años a lo eléctrico va a requerir un esfuerzo que parece que no se dará. Además, el número de chips que integrarán va a ir a mayor, más potentes, más caros, y por supuesto, no se fabricarán en Europa.